Suena una guitarra en medio de la tarde
el alma canta en voz alta una bulería
ella rayando el cielo con su arte.
El va y ven de sus caderas
péndulo ante mis ojos
que hipnotizados quedan
mientras las palmas que replico
quedan mudas llevándolas
hasta el anden de su ombligo
y esperar al tren de sus labios
que llega con retraso, la tarde canta.
Suenan las campanas dando las ocho
pierdo las maletas y el sentido
embarcando con rumbo al deseo
entre el humo del cigarro
y un cuerpo fogoso que cruza
el cielo como un astro
la tarde marcha sin nosotros
mientras el tiempo queda parado.
Besame sin prisas y con alevosía.