Hay un duende dentro de ti
que hace sentirse libre y rugir,
con canciones de la infancia
y de la plena juventud.
Aquella música sonaba
en tiempos de gratitud.
Es tu voz sonido de mis versos,
es tu galanía tan sutil como tu hombria
que versos hechas al aire
con la musicalidad de las yemas
de tus dedos, llenas de magía las casas
de quién te escucha, de quién te ama
por sentir tu voz en la mañana.
Hombre agradable donde los haya
que apartas con bondad las piedras
de mi camino con tu arte, como decirte
que te quiero si no es a traves de versos
que reclaman ese abrazo de amigo
por sentirte tan cerca de mis días.
Eres estrella en el mar...
Eres como el calíz en el altar...
La armadura de un guerrero
que solo quiere luchar.
Tú eliges, contigo y sin ti
la magía esparces hasta llegar
a mi, con ese duende que tienes,
que sientes y haces sentir
Amigo regalamé un abrazo,
regalamé el sol, regalamé
tu sonrisa y siempre estaré
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