Errar y forjar...

El hierro se forja

a golpe de fuego y martillo.

Las mentes que habitan

en cuerpos que guardan

sus pecados en el bolsillo

como moneda de pago, 

también las forja la vida

a golpes de errar y descansar

en camas de púas.

¿Quién no ha errado,

y se ha enderezado como el hierro?

Con el fuego intenso que conlleva 

cada problema.

Estéril.

Aunque no aniden cigüeñas

en el campanario de tu cuerpo

ni el cielo por las tardes

refleje el mismo color.

No descalificaré el último

guiño que me obsequiaste,

ni el beso que me diste

para callarme la boca,

ni el aroma de castañas asadas

cuando vamos a la vieja 

plaza, ni tampoco la melaza

de tus labios fábrica de mis

besos.

No anidaran cigüeñas,

sí golondrinas y gorriones.

Humilde sensatez.

He visto cabalgar la alegría

a lomos de la sensatez,

no era un sueño sino un triunfo

que hibernaba en una cueva

donde sus huesos entumecían 

y la oscuridad era obvia 

las veinticuatro horas del día. 

Ahora en estéreo la sensatez

busca algo más que la escuchen

algo más que el eco de la esperanza

tras el chirrear de una puerta que se

abre después de colgar el teléfono

y se desvanece tras un portazo afónico.

El otoño y el marchitar

de sus primeras hojas se hacen

nostalgia, me avisan que el invierno

engarrotaran mis dedos, es hora

de ser fuerte y cambiar las herraduras y vuelva a cabalgar

la alegría en mis lomos

hasta quedar descalzo de humildad.

Mejor me quedo en tus faldas...

No he logrado llegar a tu cima
siempre me distraen tus faldas,
no es por que no tome en serio el amor
ni por la edad que esgrime mi cuerpo,
que recto traza un camino 
sin margen de error.

Tampoco es por la longitud de tus caderas, ni por las zancadas de tus
piernas que levantan la tierra seca,
ni por las lluvias torrenciales de tus
ojos.

Aún me siento joven a pesar
que los años y las experiencias
han carcomido mis huesos,
no tengo la receta para combatir
las plagas de termitas, siento que
me quedan menos años que los vividos, acato las derrotas y aprendo 
la logística de mis actos.

En tu cima el sol encandila mis ojos,
mejor me quedo en tus faldas
que me enredan y me atrapan
como un chiquillo en su plena juventud.

Entre sueños

Tengo la sensación
de no estar donde estoy,
las flores están escarchadas
la mañana queda muda,
el baho de tus besos
no reclama mi fragancia
las cerezas estampadas
en tu vestido se han descolorido,
quizás sea la vista 
que envejece o un pálido sueño
que viaja hacia  la pesadilla.

Pero tengo la sensación
de no estar donde quisiera...
Suspiro me doy la vuelta
Te abrazo, te siento, sonrío
y sigo durmiendo.

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Un poético cubata.

El toro rojo me embiste

con el negro de la noche,

me mira la luna llena 

y arrojo el capote.

no hay arena para mis lágrimas

ni toro que no tema,

para que derramar más sangre

el estoque hinco en la arena

con pasos largos

y refranes en mi boca

pido otro ron con Red Bul 

¡que es lo que toca!

Por temor.

Quiero soñar con ser el alba

sentir el despertar de los gorriones

liberar la carga del arrepentimiento

hacerla lluvia y viento,

lavarme la mejor cara

y recibir  la mañana

qué dulce y morena 

como caña de azúcar

espera que cante el gallo

en la peor de sus pesadillas.

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Buenas intenciones.

En una piedra singular

cargo mis energías

y el reflejo de la sonrisa

de la luna...  Masajeo 

los pies de la igualdad

con un añil de frescura

amolar la piel muerta

y cavar, y cavar, y cavar,

sacar a capazos los escombros

de la rutina y la arenilla de mi riñón.

¡La intención  murió de Sed!

Gloriosa conquista...

cuando por fin

pude conquistar

las pirámides

de tu cuerpo.

todo eran jeroglíficos

señales en medio

 de la nada.

Hoy compartimos

algo más qué almohada,

algo más que el abeto

que tenemos en esta noche

ante nuestras miradas...

Somos dos rivales que se aman

rivales que defienden

quién será mejor en la cama,

mientras Osiris me juzga

y celoso ante mi vida te reclama.

Marinero de secano.

Marinero sin traje

¿porqué te hechas 

al mar con tanto coraje?

No hay más motivo 

que la pela que falta

en tu cartera que sin 

saber nadar, tiras palante

como soldado que defiende

su bandera.

Defiendes tu casa para

que no les falte en la nevera,

tus uñas se clavan en la madera

Tus dientes présan la soga,

el mar se vuelve agreste

marinero no hay derrotas.

Y en tu camarote compartido

con viejos lobos de mar escribes,

cuando la mar está en calma

cartas que llegarán a casa

con el remite emborronado

de tus lágrimas, de saber 

que tu mujer te espera

con su vientre lleno de vida

que aún es su estado se arrodilla

ante su virgen en la capilla.

¡Regresa pronto marinero!

Que tu verdadero mar te espera

en tierra.

Dedicado a tod@s los mariner@s

que se echan al mar sin pensar

en su bravura...

Otoño

El secreto te será revelado

cuando el silencio deje de ser

silencio.

Será la primera hoja 

que caiga en los colores

tertulianos de la tarde

quién se anticipe ante 

el evento al ver pasar

en el horizonte una 

bandada de cisnes negros.

Volverán las lluvias

que erosionan las rocas

crecerán los cauces

para saciar la sed de tu pluma.

Volverán a cubrirte las mantas

junto al crujir de la leña

en el pecho de Merche mientras

suavizas la garganta

con miel y leche, dejando

el borde del vaso marcado

de poesía para que dulcemente

se te revele el secreto ante tu ceguera

que cada vez que te veo

 me miras de pecho

Pa dentro.

Siempre con el corazón

cargado de palabras

que unidas se hacen melodías.

A mi amigo y poeta Ximo González

¡Te espero!

Columpiate en la alegría,

riega la tarde de tus flores

deja que aniden por momentos

las aves que por el trecho

de tus carnes apretadas vuelan.

Engalana de carmín tus labios,

haz un hueco en la noche

y en la misma parada de siempre

Coge el bus más erótico 

que es aquel que hace el itinerario

por los llanos de mi cuerpo.

¡Te espero!


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Tu pena...

Dame un beso más fuerte

que la pena que oprime

de dolor tu pecho.

Que muera tu pena en mi,

hazla naufraga en mis manos

O impone una condena en la prisión
subterránea de mis avernos.

Ahogala sin piedad
en los mares de mis lágrimas
cuando te abrazan, y disculpa
la maldad con que desafío tu pena,
verte arroyada por ella en las horas
muertas  provoca el marchitar 
de las rosas y el crujir de sus tallos
vísteme con tu traje de espinas 
aunque gastes seis tallas menos
estoy en ti, estas en mi
nos une la amistad
la poesía nos abraza
nos lleva a perdernos
como se pierden las fugaces estrellas
en el cielo de la noche, 
como se pierden las palabras sin peso
como se pierden mis ojos en tus ojos
sin apenas quererlo.


¡No quiero vestir con este
traje los domingos!

Despojamé de él, 
abre las ventanas
y deja entrar las sonrisas
que vuelan subidas en  mariposas
sacudiendo sus alas 
para empolvar tu cara
y pedirte de rodillas 
que me regales tu pena
para echarla al mar
como pescador su red.