Si surgió el beso breve
no fue para herirte
ni para anticiparse
a unas falsas jugadas
fuera de lugar, del tuyo,
del mío, del nuestro.
No fue un beso inerte, inconexo
destructor pasajero de las cosas
fue tan solo una pausa
estrategia para diferenciar
el amor, del sexo
el dolor, del saxo
a sabiendas que nuestras locuras
no son de amores santos.
Te espero en la cama
a pesar de la brevedad
del beso, del verso
en días tan complicados
como el de hoy.
¡Que suene el saxo!
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