Todos los niños hemos tenido
alguna noche de terror
al igual que mañanas o tardes
hay quién no ha esperado
a la media noche del treinta y uno
y habrán millones de niños
con un trauma, con heridas
pagando cada día una cuota de terror
aceleran su madurez para caer del árbol
¡es ley de vida!
que toda raíz tenga tallo
que todo tronco tenga ramas
y en cada rama una flor
en cada flor un fruto
en cada fruto su madurez
y en su madurez un desarraigo.
Hay voces en la realidad y en la crudeza
de puertas para adentro
que hace que un niño
sea el protagonista
de una película de miedo
el eco del terror es el silencio
y las ojeras tatuadas
de vivir entre las sombras
con los ojos mojados
en un mar de impotencia
de un mundo imperfecto
paralelo al autismo.
Cada niño es autor
de una película
de distinto genero.
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