Derrotado de cansancio
con los dedos engarrotados
tendido de bruces sobre el césped
esperando tu llegada como aguacero
que refresque la hiedra que recorre
mi tronco, firme, oscuro, tosco, viejo.
Agita las alas y posate en mi
como se posan las mariposas
sobre tu pureza de blanco jazmín,
lléname de carmín utiliza mi cuerpo
de lienzo y exhibe tu arte.
Haz de tu pincel un corcel negro
con alforjas cargadas de besos
con trazas de ron y miel
y no pintes bajadas forzosas
a la fosa del silencio.
Asciende los peldaños
hacia el cuarto beso,
eclipsa el astro rey
de los ojos con que miro
pero no ciegues del todo
este amor
Deja al menos por unos
instantes
que entreviste a la autora
de esta obra que ronda
sobre el pensamiento,
que despierto, reto en silencio
desde su ausencia.
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