Estoy como el cielo
que cubre mi día,
tan oscuro, tan denso.
La realidad es más cruda
Que los despieces que serví
a mi perro imaginario.
Comienza a llover sentimientos
como puños y mi cara refleja
aquel arlequín que ayuda a sonreír
a cualquier árbol que se cobije
entre mis ramas...
Reflejando sin duda, mis dudas.
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