Al alba, quedaré como una casa vacía.
Sin muebles, sin el eco de sonrisas,
con los rincones y picos esquinas
calados de humedad
gritos de gélidas
calados de humedad
gritos de gélidas
corrientes que cortan como cuchillas
en unas manos temblorosas.
Al alba las gaviotas engullirán
los recuerdos para darles vuelo
rumbo a una amnesia oscura.
Al alba, los crespones negros,
campanas, llantos y la fuerte
corriente que penetra en lo más
hondo del ser que ya no abito,
y en el último suspiro te pregunto.
¿Valió la pena quererme?
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