Danzan los limoneros,
las viñas comienzan
a cantar.
Los olivos y almendros
a punto de cosechar...
La tierra polvorienta
anuncia el verano,
jornaleros que llevan
partida el alma
de desdicha y hambre,
forman filas y con los puños
al aire, reclaman un jornal
para que los suyos no queden
sin cenar, que con la maldita
crisis ¿quién sabe si llegará?
¿Quién sabe si el ruiseñor
de la mañana volverá a cantar?
¿Quién sabe si con alguno
la suerte estará?
Los campos de España
no se mueven, se mueren,
tampoco queda dinero
para la mano de obra
y la simiente.
¡Que se levanten los viejos molinos
de Cervantes y sus pueblos!
de Cervantes y sus pueblos!
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