La urraca me despertó.
Durmiendo bajo naranjos
estaba, y...
Cuando mis manos miro,
resecas y aún arcilladas...
Alzo la vista,
los ojos me lloran,
por su majestuosidad
y ante ella me arrodillo ...
y ante ella me arrodillo ...
Ante mi, una gran
figura moldeada con
mis iniciales...
mis iniciales...
Entonces fue
cuando me di
cuenta...
¡Que la obra debía de continuar!
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