Grítame...
Pellízcame...
Pero no me despiertes
de mí transeúnte sueño.
Sueños que caminan
desde hace años
y me pierdo por encontarte.
Mil cuchillos se clavan
en mi espalda y quiero
que seas tú la que me juzgue,
después de descifrar el pergamino
de recuerdos que guardo desde mi marcha.
Tú en el sureste
y yo no se dónde...
Tracemos un hilo imaginario,
dónde la realidad nos una a los dos.
Ya que tus ojos y tus labios
son copias de mi esperanza,
Y tú desde tu trono de belleza
siempre estarás en lo más alto.
Y yo desde mi humilde manantial,
resurgiré desde las cenizas.