viernes, 26 de septiembre de 2014

Ha nacido el otoño.

Amaneció y tu lívida brisa
acaricia mi cuerpo, tiro de sabana
para arroparme, escucho un llanto
a santo de qué...
El verano alumbro un retoño
llamado otoño que muere en tres meses
para dejar el luto al frío ¡me dio frío!
y me enredo de necesidad en tu cuerpo.

¿Polvazo mañanero antes del café?
¡arrancamos motores!
una o dos tazas. bien cargado 
como el peso que porta mi cuerpo
o seguimos en la cama jugando
con este retoño sin retorno,
que viene tan febril como abril.

Cremoso el beso del primer día de otoño
que después de las siete sella mis labios
de aromas a destiempo y al recordarte
paseo mi lengua por el perfil de mi boca,
mis ojos mimando al recién nacido
de la flora de la fauna en silencio
y sin gentío.

Abro la billetera tan ligera de billetes
y de monedas que el retoño al ver mi cara
comenzó a llorar , lo mezo, le declamo versos
le pongo el chupete y no calla
mil maneras para el silencio interior 
y un millón de posibilidades 
para el remedio, llegó el otoño,
suspiro, uffffff llegó.

sábado, 13 de septiembre de 2014

A mi escoba.



Que alegría, que emoción 
cuando llegaste a mi mano
eras escurridiza mientras
el sudor le daba firmeza
al palo, cantando, admirando
las calles y sus paisajes 
desde el punto más alto
barríamos letras para casa
y más tarde en versos
las reciclábamos.
.

La ardilla tan pilla, trepa a todo trapo
evadiéndose con su boca llena de piñones
y nosotros gozando, barre que barre
del verde sin gentío rodeados de fauna.

Te vas desgastando día a día
pena mía cuando te entregue
y en mi mano quede vacía.
Cuanto hemos barrido en tan solo
noventa días querida escobita mía
que dolor amiga inerte otra vez al paro
tú acabaras en un rincón para cubrirte
de polvo y yo sin poder cobrar la ayuda.
¿Cuantas alegrías hemos vivido?
¿Cuantos chismes hemos barrido?
Que hasta la pinocha del Balcó ha desaparecido,
 ya no quedan abrojos solo la pena mía.

Cuantos habrán hablado de nosotros,
cuantos dedos señalando
 mi escoba llevaba un turbo
que otras no poseían 
era el alma del barrendero
que con su alegría barría
compañera del alba y del ocaso
de las alturas y las bajuras
de las tardes cubiertas de paz
o de las mañanas con bravuras
ahora me quedo sin ti
pero no vacío de recuerdos
hasta el año que viene y si nos dejan
a esperar toca escoba inerte 
que te llenas de vida a mi lado.










miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿Para qué mi suspiro?

Cuando cae la noche
descargo el peso de la vida
de la mía y la de otros.
En el primer camión de la basura
arrojo todo aquello que me da pena
y asco por no ser masticable. 
Arrojo las sombras de las balas
que caen en Gaza, Venezuela
¡eco del terror, del error!
Guerras para que coño tanta guerra
a quién le importa un niño que grita,
que corre que acaba muriendo
¿a ti sí? a mi también...
Me da asco, sigo tragando 
como samwich los diarios 
mañaneros sin apenas saber leer.

Segundo Camión... A este le cargo
el vidrio del dolor, ni el ibuprofeno
mezclado con un chupinazo de ron 
sedan las revoluciones y menos la mía,
enciendo un cigarro
y siento las cenizas caer
a una tierra sin Dios 
en la que dejó un rojo atardecer
que va cayendo de las venas
que su vida atento perder,
transeúnte que ayer mismo
perdió el trabajo de toda la vida
no ha parado de correr ,sin llegar a casa
y veinticuatro horas después
murió de cansancio.

¿Y para qué, para quién?

¡reciclar el qué!

si por mucho que lucha uno
es incapaz de parar el mundo,
su mundo, la propia lucha
la mía la de todos.

No es mentira lo que siento
a pesar de mi sexo y de mi altura
desde mi desierto incompleto
de dunas, de lunas,
de este que aún no ha caído
una sola gota de lagrima
de lastima, en lo imposible
o simplemente de todo aquello
que se puede parar y seguimos 
consintiendo, consistiendo
¿Para que mi suspiro?

lunes, 1 de septiembre de 2014

CARTHAGO

(Dueto:  Manuel Méndez Hernández  y  Ariel Van de Linde)

¿Qué luna ha Sido tu espejo,
Qué sol ha Sido tu reflejo

y Cual FUE el mar Que ASIO tu Tiempo?


La inmortalidad de tu Cartaginense canto,
templo ese, Que ha viajado a un sueño
de Aníbal perdiéndose su sueño en la vigilia
Sobre Una Roma indómita y pérfida en Tesoros del SUS.

No Es Roma la Conquistadora;
es la conquista y Carthago Nova (Spartaria),
mirandote nacer y descansando en tus senos
bajo la estrella Que Tiene el color de de de la tibia arena,
y mirándome morir en ti,
Bajo el blanco circulo de la medianoche. 

Aquí en El Mismo centro del anfiteatro,
Donde FUE derramada tanta sangre 
En el nombre de Baal-Hammon; 
escucho en el aire de la ONU Ligero paso 
los caballeros de Isis (psicofonías), alaridos, 
Que se fondean Entre SUS faros, barros Entre SUS 
y yo Como alfarero con la primera cana en el pelo
Una espada de madera y el Corazon Que engendro. 

¡Qué locura! Querer conquistar Carthago Nova. 
ONU Con Solo beso, soy Esclavo de sus calles, 
de Sus calas Y Sus dos mares, 
de su pueblo Subterráneo: Mar menor y mediterráneo. 

Y de las Sirenas Que salen Una secar su pelo. 
¡Nadie Conquista a la Nova, ella es la Conquistadora!



(De Manuel Méndez Hernández y Ariel Van de Linde.) 
Todos los derechos reservados.
Lo DISFRUTE Mucho amigo Manuel, y ya Que este es mi tercer dueto en mi corta vida de poeta. No soy de Hacer Dueto, Pero ESTO lo DISFRUTE Mucho.