¿Por qué callas cuando salto
a tu huerto envenenado de manzanas?
Haces que me quede en Oz
como espantapájaros
relleno de paja y sentimientos,
atracciones mutuas y licuadas.
¡Zumo de tus manzanas!
Tu cuerpo, vaso moldeado
lleno de frondosos bosques
y una cabaña para saciar la sed...
Regresa la ventisca y marchas
con ella directa al barro.
Mis ojos se llenan de arena
mis labios recuerdan el zumo
.
Mi cuerpo, inmóvil y observado
desde esta era, donde solo
los espantapájaros podemos ver.
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